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Esto no es una anécdota... - Nestor A. Cadario

Queridos Chicos del Club de mi juventud:
 
ESTO NO ES UNA ANECDOTA, sino mas bien una crónica que contiene anécdotas: (es medio larga pero quise hacer un aporte histórico, no sobre personas porque no recuerdo muchas, sino mas bien sobre nuestro deporte en mi juventud en Tucumán). SI QUIEREN SUPRIMIRLE ALGO, AVÍSENME ANTES POR FAVOR, porque estos apuntes forman parte de un libro que estoy escribiendo con Mis Recuerdos.
 
     Yo jugué en la vieja 4a, entre 1952 o 53 y 1957, o sea que ahora soy un viejo de m.... (65, casado, con cuatro hijos y cuatro nietos) y mi intención, aparte de contactarme con el club de mis amores, es contarles un poco como se jugaba hace 50 años.
 
    Fuimos campeones de 4a., creo que en 1957. La fiesta recuerdo que se hizo en la casa de Ponce, el fullback, en la calle Balcarce, creo que entre Santiago y Corrientes, una de esas casas enormes de tres patios,  y nos chupamos todo lo disponible, hasta el agua de los floreros, en una noche "fresca" del comienzo del verano tucumano. Para no tener que cargar con botellas recuerdo que pedimos dos  barriles de 50 litros de chopp c/u en la Cervecería Norte, y una garrafa de helado en el Monte Everest, que en esa época era de "los rusos Pejko" (no eran rusos ni judíos sino húngaros) y uno de ellos era amigote mío y se hizo andinista. No recuerdo si jugó al rugby.
 
    Recuerdo también que en 1957 mi hermana menor cumplió quince años y se coló a la fiesta toda la cuarta de Cardenales, amén de amigotes de otros clubes. Mi viejo casi me mató. Las amigas de mi hermana, sin embargo, encantadas. El rugby tenía y sigue teniendo "charme" para las mujeres, salvo para mi esposa (la única que tengo y tuve) que lo aborrece (porque dice que es un juego muy cortado y porque cuando ibamos a celebrar nuestro compromiso matrimonial -1964- yo estaba lesionado y caí a la fiesta de bastón) salvo cuando me acompaña a ver por TV algún partido de Los Pumas o un All Blacks vs. Sudáfrica.
 
   Mi primer partido lo jugué en cuarta, contra nuestros hijos los grises, recuerdo que como pilar (luego fuí siempre segunda línea izquierdo y en una o dos ocasiones centro tercera). En ese partido, tenía un poco de miedo, que quieren que les diga, y el kick off, con pelota parada en el centro de la cancha,  lo hizo uno de Lince que me tiró la pelota directamente a mí. Recuerdo que la agarré, quise mandarme adelante  y los forwards grises -mas veloces que yo- me pasaron literalmente por encima. Después en algún scrum me tomé venganza aprovechando mi peso.
 
     A mí me había reclutado Ponce, ambos ibamos al Sagrado Corazón, donde los Nales eramos una pordiosera minoría. La mayoría jugaba en Tucumán Rugby o en Natación, y varios  emigraron a Los Tarcos cuando se fundó en esos años. El Lawn Tennis es muy posterior en su incorporación al rugby tucumano, y de Huyrapuca ni se soñaba. Recuerdo que Ponce se fijó en mí porque era un desastre jugando al fútbol debido a mi falta de velocidad (solo servía para arquero y malo), pero le debió haber interesado mi tamaño, al que me refiero mas abajo.
 
      En esa época había solamente dos canchas, la del Departamento de Educación Física de la UNT (antes de Natación), no se de quien será ahora y una que estaba al campo raso en el Parque 9 de julio, cerca del óvalo (esto es para viejos exclusivamente). En esa cancha jugábamos de locales -no era nuestra sino que debía haber sido municipal-, y en 1954 o 55 se habilitó una en el Arsenal, donde ibamos a jugar los domingos a la mañana. Un barrial, y lejísimo encima, pero ibamos contentos, porque jugaríamos rugby.
 
             En época del Gobierno del Gral Perón se había formado un club llamado "Justicialista Rugby Club" que estaba integrado por casi todos los profesores de Educación Física que había en la ciudad y tenían que quedar bien o cumplir órdenes. Cosas de la época. Recuerdo sí, que cuando jugaban contra cualquier otro equipo de la Unión todas las barras de Tucumán, Natación, Cardenales, Universitario (dominado por la Federación Universitaria), Lince, Corsarios y algun otro íbamos a apoyar al contrario porque eramos rabiosamente antiperonistas. También cosas de la época y que por ahora no pasan mas y espero que no ocurran. Ese club desapareció al día siguiente de la Revolución del 55. Como ven, ni el rugby se salva a veces de la política.
 
     Ya en esa época Cardenales se caracterizaba por tener forwards muy aguerridos -entre ellos quien escribe- y creo que teníamos un buen "scrumagging" como se dice ahora. En el Departamento de Educ. Física de la UNT, donde entrenábamos, (había a veces chicos de otros clubes también) los de Natación habían llevado una "máquina" de madera, y la pechábamos sin almohadones, con los hombros directamente sobre las tablas y toda la línea subida encima... para hacernos peso. Cosas de otros tiempos.
 
     Los lines eran algo distintos, yo siempre formaba a la cola en defensa, pese a ser el mas alto, dejaba pasar la pelota para que la agarrara el medio scrum contrario y le caía encima con casi 100 kgs. Una vez un referee me retó en forma por jugada peligrosa, me cobró penal o penal, pero en general lo hacíamos tanto yo como los otros grandotes que había en las cuartas, de los cuales recuerdo a Horacio Guerineau -del cual no se nada ahora- y que jugaba en Natación, y el ya mencionado Pucho Avila, que era pilar nuestro y vivía en la Av. Sarmiento en la vereda del frente de mi casa.
 
     En ataque y a veces en defensa, yo siempre formaba al medio y generalmente la bajaba y armabamos el "scrum volante", porque los forwards no teníamos mucha confianza en la línea. Avanzábamos unos metros (ahora se le llama "maul") y recién cuando veíamos a los "pu****s de los tres cuartos" preparados, les dábamos la guinda. Si no los veíamos muy aguerridos seguíamos pechando hasta donde podíamos y tratando de llegar al ingoal rival sin darles pelota (literal y materialmente hablando) a los backs. En esa época había una especie de "subcapitán" que se le llamaba "lider de forwards" y en el año que fuimos campeones me tocó serlo a mí, seguramente por mi tamaño, no por mis virtudes rugbísticas. Los forwards eramos medio mafia o trenza, y tratábamos de ganar nosotros solos los partidos. Esto es típico del rugby de Tucumán de aquellos tiempos, y si bien le hizo mucho bien al rugby nacional, ha creado esas generaciones de tres cuartos "manitos de manteca" que tanto nos desesperan. De paso, casi todos los jugadores de Cardenales eramos hinchas (yo lo sigo siendo) de Pucará, quizá sea por el color rojo de la camiseta o por el nacionalismo que nos metían a pilazos los Martínez Pastur.  
 
     Creo que en 1956 se habilitó la cancha de Tucumán Rugby en Marcos Paz y la primera vez que fuí a jugar, como no había entrenado en esa semana, me fuí en bicicleta desde mi casa (cerca de la Esquina Norte) para ablandarme. Llegué medio muerto, pero a los 16/17 años uno se recupera rápido.
 
     Me parece recordar que ese día se jugó allí el primer partido oficial, entre la cuarta nuestra y la de Tucumán Rugby. (habría que preguntarles a ellos para saber si mi dato es cierto).
 
     No recuerdo como terminó, pero sí que hice el único try de mi vida, luego de un scrum cinco, (esa vuelta jugué de centro tercera) donde como no avanzábamos saqué la pelota, me desprendí rápidamente, la agarré y piqué -por mi peso era imparable por los 3/4 rivales- cuando los forwards verdinegros estaban preguntándose seguramente que pasaba, y volé de palomita dos metros al ingoal, a tres o cuatro metros de los palos, y apenas pasando la raya (que no estaba pintada sino simplemente sin pasto y  como si fuese una acequia chiquita).
   
            La cancha nueva de Tucumán Rugby era un barrial infame, los ingoals tenían montículos de tierra del relleno, no estaba terminada, los palos tenían no mas de 4 ms de altura y no tenían defensas así que si pegabas con el marote en uno de esos terminabas tonto por un rato o medio b***do durante una semana, y era la época donde el lineman hacía las señas para formar el line con la bufanda en invierno y un pañuelo en verano, o a mano nomás si no tenía nada.
 
            También recuerdo que el referí (referí, con acento en la "i") elegía el lineman entre el público concurrente, uno por cada equipo. A veces el único público de la 4a. eran los dos linemen, y los infaltables aguateros que llevaban el agua en esas bolsas de goma que usan las viejas para poner agua caliente en la cama en invierno. En el entretiempo a veces choreábamos naranjas de algún arbol cercano.
 
    Creo que alguna vez jugué en segunda y probablemente un tiempo o menos en un amistoso o práctica en la primera. Recuerdo de aquella época a Ponce, (el que me reclutó) los chicos Honorato, que tenían una zapatillería en la calle Maipú, al Pucho Avila, -pilar derecho- que vivía en la Av. Sarmiento entre Balcarce y Monteagudo, y a otro cardenalero que no nombro porque es primo de la damisela que era mi novia en ese entonces.
 
    También los recuerdo a los Diambra, a los Martínez Pastur, pero la memoria no me alcanza para tanto. Recuerdo mucho a un dirigente de Lince, que tenía una casa que hacía sellos de goma en la 25 de mayo entre Mendoza y San Martín, porque ahí hacíamos los sellos del negocio de mi viejo. Por mas que me esfuerzo, no puedo recordar su nombre. Recuerdo también a un tal Tony (Antonio) Whitaker, que era medio cheto y por consiguiente las minas andaban todo el día detrás de él (no recuerdo si jugaba en TRC o en Natación o después en Los Tarcos), creo que era segundo insider como decíamos entonces al nº 12 actual, y una vez alguien lo tackleó en forma y le sacó el hombro. Fué un revuelo de la p**a madre, pero al domingo siguiente fué a dar la vuelta al perro en la Plaza Independencia después de Misa, con el brazo en cabestrillo y todo el minaje estaba mas loco por él que nunca. Chango muy buen jugador y especialista en hacer facha.
             Ya en esa época no estudiaba en el Sagrado (de donde había sido echado por fumar en los baños en compañía de otros tres o cuatro, infracción totalmente descalificante) sino en la Escuela Normal, que terminó siendo el refugio para un echado de otros prestigiosos colegios de la capital del Norte, como era Tucumán en ese entonces, así que el lunes no tenía con quien comentar el asunto, pero cada vez que me encontraba con algún shusheta del TRC que habían compartido aula conmigo en el Sagrado, nos acordábamos de ese Try, pero eso sí, tomando una seven up, o un whisky cuando fuimos mas grandes,  en el Bar del Jockey Club, nunca en el Germania (al lado de la Catedral, sobre la 24 de setiembre) que era el refugio de los Nales de entonces. No fuera a ser que yendo al Germania se les destiñera el apellido o se les secara la caña o parase el ingenio en plena cosecha, o les agarrara aftosa a las vacas. COSAS DE LOS TIEMPOS, CHICOS....COSAS DE LOS TIEMPOS. Ahora que todos nos mezclamos con todos, esas cosas ya no ocurren, pero que ocurrían, ocurrían.
 
             Eso sí, al Molino y al Cabildo (ambos prestigiosos snooker- rooms y bebederos que estaban en la 24 al 600, creo) iba todo el mundo, shushetas, gringos como yo, turcos (en realidad árabes) judíos, hasta algún sueco, hasta que aparecía "el camión colorado" (una especie de ómnibus que tenía la policía y era descubierto) y nos llevaban a todos los menores para que nuestros padres nos recogiesen en Bomberos (25 de mayo y Av. Sarmiento) y luego nos ligáramos las pateaduras o suspension de salidas correspondientes, según el humor de nuestros viejos (en esa época eran "los viejos", no "pa" y "ma", como ahora).
 
     Recuerdo también el departamento de los Martínez Pastur en el edificio de la Continental, al bies del Banco de la Provincia, que estaba decorado con chapas de calles, afanadas, idem de autos, señales camineras, en el baño una chapa afanada de un tren que decía "prohibido utilizar el servicio estando el tren detenido en las estaciones",  etc.etc... todas cosas comunes hoy en los departamentos de estudiantes. De los Martínez Pastur se decía que eran medio filonazis (en esa época todavía era medio moda) y que por eso nuestra camiseta era una copia de la bandera de la Marina Alemana de las I y II Guerras Mundiales, cosa que en fin...si uno se pone a verla detenidamente,...not more commentaries. Grandes muchachos, sabían conducir a la gente y motivar a los equipos. No se que habrá sido de ellos, pero deben haber fallecido los dos, Enrique y Ricardo creo se llamaban.
 
    En 1958 emigré a Córdoba (porque a mi viejo no le gustaba una noviecita que tenía) para estudiar , pese a que en Tucumán había Facultad de Derecho,  y aquí jugué un año en el desaparecido UNION ELECTRICA (eran todos grandotes del sindicato de Luz y Fuerza), luego en GENERAL PAZ JUNIORS, cuando -en ese entonces- en el gran GePeJota se jugaba al rugby y luego fuí uno de los fundadores del equipo de la Universidad Católica, donde estudié y me recibí y me "cazaron" (o "casaron") En un solo año jugando en segunda ese equipo obtuvo su ascenso a primera (claro, le habíamos sacado tipos a todos los demás equipos de Córdoba) y a los 24 o 25 años tuve que dejar de jugar por una lesión p****tuda. Luego desapareció y si bien ahora hay otro equipo creo que juega en un torneo provincial del interior de Córdoba en la categoría menos tres estrellas.
 
    Soy abogado, tengo 65 años y cuatro hijos, uno de ellos jugó rugby en la Unión del Sur, en Puerto Belgrano (por mi trabajo anduve en varios lugares del país) pero luego debió dejar por sus estudios y trabajo.
 
                  Siempre voy a Tucumán a visitar a mis hermanos y sobrinos, pero nunca me ha tocado ir un día en que hubiese un partido, aunque a veces por ESPN, en la síntesis del rugby del interior, he visto a mi viejo club en acción, y muchas veces a los Naranjas de los que recuerdo el histórico triunfo sobre Francia en 1993. En algún lado tengo el ejemplar del Diario.
 
                    Durante la temporada los domingos y lunes y también los otros días,  lo primero que busco en La Gaceta -edición por internet- son las noticias del rugby tucumano, y aunque el corazón de los García Hamilton -sus dueños- está siempre con Tucumán Rugby, creo que le dan bastante pelota a todos los demás clubes. La Gaceta ha hecho mucho por el rugby de Tucumán, "the more strong Argentine provincial team", como dicen en los foros de rugby de la International Rugby Board, en los cuales participo mucho (Ver rugby en América y Seniors Internationals).  
 
                   Como ya no puedo jugar me divierto charlando con rugbistas de todo el mundo (www.irb.com/debate) Está en inglés pero es fácilmente entendible. También he escrito alguna vez en www.rugbyfun.com.ar.
 
    En fin, no les voy a contar la historia de mi vida, pero si alquien de aquella época se acuerda de mí -el Gordo Cadario o el loco Cadario o el Grandote Cadario -en 4a. tenía 16 años pesaba casi 100 kgs y medía 1.83- y mi viejo, que tenía una Droguería y  tenía un viejo Ford 40 negro llamado "la bala negra" y que nunca le pude chorear, (había pocos autos en esa época) que por favor me escriba a esta dirección de e-mail que ruego publicar. ncadario@yahoo.com.ar o bien a ncadario@fibertel.com.ar
 
     Ahora recuerdo -no se si será igual ahora- que después del partido la camiseta la llevábamos a casa para lavarla, y como desteñía un poco, mi vieja no permitía que la pusiera en el lavarropas (éramos "oligarcones" que teníamos lavarropas, medio a pedal pero lavarropas al fin) y la tenía que lavar yo a mano en la pileta del lavadero que estaba en la terraza (es esa casa de un piso que está en la esquina NE de Av. Sarmiento y Monteagudo), y que después que murieron mis padres mis hermanos y yo vendimos. Allí la colgaba luego para secarse, pero con la cruz amarilla y negra para el lado de la calle, y en una soga especial para eso, cerca de la baranda que daba a la esquina, de manera que todos vieran que allí vivía un tipo que jugaba en Cardenales. Una vez me olvidé de lavarla hasta el viernes, lo hice y a la noche llovió y tuve que ir el sábado a la mañana a jugar con la camiseta mojada. Era una goma...en fin.
           Veranéabamos en Tafí del Valle, y había muchos changos que jugaban en Tucumán Rugby, Uni  o Natación, y uno solo en Cardenales
-yo- y una vez se nos ocurrió llevar la guinda al viejo aeródromo (en esa época cancha de fobal, de aprendices de polo, de cuadreras, de bolita, de cualquier cosa), en lugar de ir a jugar al snooker o al truco en lo de don Goyo González (almacén, bar, club social, tienda, materiales de construcción, alguno se debe acordar), porque a los papis de entonces el snooker les parecía un juego pernicioso, y entonces para que no jodieran decidimos llevar esa guinda. Aguantamos diez minutos a 2.200 metros de altura, y con piso de ripio...en fin. Ahora se juegan sevens allí, pero creo que en una cancha que hay en la estancia de los Zavaleta, o en un lugar que era de ellos.
 
                  La termino ya, estoy recontento (parezco un pendejo) de haber encontrado una página del Club donde hice mis primeros pininos con la ovalada. UN GRAN ABRAZO

 
 
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