Cardenales Rugby ClubCardenales es uno de los cuatro clubes fundadores
de la Unión de Rugby de Tucumán. En su historial cuenta con tres títulos en primera división: 1954, 1964 y más reciente el
obtenido en el 2002.
Cardenales es uno de los cuatro clubes fundadores de la Unión de Rugby de Tucumán. En su historial cuenta con
tres títulos en primera división: 1954, 1964 y más reciente el obtenido en el 2002.
El 23 de febrero de 1944
un grupo de jóvenes deportistas y amigos entre los cuales se encontraban los hermanos Ricardo y Enrique Martinez Pastur, Pila
Cainzo y David León Medina junto a Carlos Rojo, fundaron el Cardenales Rugby Club. Cuenta la historia que estos muchachos,
mientras se divertían y hacían deportes utilizando como centro la pileta de Natación y Gimnasia, tuvieron la idea de formar
otro club de rugby. La edad de ninguno de ellos superaba los 19 años. No hizo falta pensar mucho para materializar la idea
al impulso de su entusiasmo juvenil. Vieron en 'el cardenal' un símbolo de sus sentimientos y lo eligieron como emblema y
nombre para identificar al club, que se mantuvo fiel a los principios fundacionales de ser alegres sin agredir, adversarios
sin rencor, valientes sin reservas y, sobre todas las cosas, amigos dispuestos a respetar el lema del club: 'Omnia Vincit
Juventus' (La juventud siempre triunfa). Al respecto de Cardenales Yita Nougués, un referente del Rugby de los primeros
años escribió: “En el armado del friso de recuerdos y sensaciones sueltas, tal como llegamos a vivirlas
quienes los enfrentábamos en la cancha y compartíamos los momentos de ese humor desopilante y surrealista que fue una
'marca de fábrica' que le dio a Cardenales un lugar único en el panorama del rugby tucumano...al placer del juego y de
la competencia, le habían agregado el show. Los actores que podían llevarlo a cabo no actuaban, sino que vivían el humor. No
creo posible hablar de Cardenales sin mencionar a quienes lo hicieron posible, aportando al rugby tucumano -aparte de grandes
jugadores- ese anecdotario tan rico que se transformó en parte del patrimonio fundacional de la entonces Unión de Rugby del
Norte. Hablaré de ellos: David León Medina 'Davicho', fue uno de los motores de esa primera etapa del rugby de Tucumán; excelente
referee, hizo mucho por la difusión y el conocimiento teórico del juego. Hombre de la cultura, murió junto a su inseparable
amigo el 'Pila' Cainzo, en un accidente motociclístico al regresar de Santiago del Estero, donde habían participado de un
concierto con el Coro Universitario. No pudo ver cumplido su sueño de ver al seleccionado tucumano presentarse por primera
vez en Buenos Aires unos días más tarde. Ricardo y Enrique Martínez Pastur llegaron a ser un patrimonio del rugby tucumano.
Les pertenecen las anécdotas más desopilantes, aquellas que seguramente merecerían un libro aparte. Su sentido del humor jamás
se salió de los límites del buen gusto, dentro del cual supieron mantenerse con una creatividad inagotable. Escribieron y
pusieron en escena una versión muy especial de La Bella y la Bestia, en la que Enrique era la Bestia y Ricardo asumió el papel
de la Bella...Excelentes boxeadores, son inolvidables los encuentros de Enrique con Tito Trejo ( por entonces campeón argentino
de los Guantes de Oro) para recaudar fondos para el club...La Comisión de Fiestas creo que supo anticiparse a La Fiesta Inolvidable
de Peter Sellers con celebraciones inolvidables…No quiero dejar de nombrar algunos jugadores que fueron para el recuerdo:
el 'Colorado' Suriani, que jugaba de full-back, que además de buen jugador, era el arquero del Club Atlético Concepción y
del seleccionado de la entonces existente Liga Cultural de Fútbol...a 'Chico-Chico' López Aragón, al querido Claudio “Caballo”
Diambra, tan buen jugador como hombre íntegro y bondadoso, dotado de un muy particular sentido del humor...al 'Gordo' Cutter...a
Joaquín Rodríguez Gurruchaga llegado de Santa Fé para quedar en el recuerdo de los buenos pateadores de entonces, con esa
feroz pelota pesada... Me acuerdo de Quique Medina, primo de Davicho, ex jugador del SIC y que llegó a integrar el seleccionado
Tucumano...recuerdo a Poroto Vidal que dejaba la caja del Molino para ponerse la camiseta...Como pasar por una reseña de Cardenales
sin recordar al Colorado Toll y al Chueco Ponce, gran full-back y noble amigo; sus ocurrencias, las de Tató Bellomío...
Son muchos los recuerdos que todos los que hemos pasado por el rugby en Tucumán les debemos a Cardenales y su gente, personajes
tan destacados como sus jugadores: el 'Pirucho' Romano acérrimo militante radical, desbordante de kilos y ocurrencias, el
'Mono' Giovanello de profesión geólogo, pero que, como no le gustaba el campo, era profesor de piano en la escuela de Música
de la UNT... En ese muestrario de personajes no podían faltar el 'doctor' Katz, enfermero de la Primera Guerra que vestido
de breeches y polainas cumplía las funciones de solemne edecán de los Martínez Pastur, asistido a veces por el Loco Margarita...me
acuerdos del Loco Marengo natural cultor del disparate y el absurdo...Se dice que estimulado por su deseo de imitar a los
Pastur, terminó loco en serio...Yo quise mucho a la gente de Cardenales y les debo mucho de la sana alegría que el rugby me
dejó...” Sin duda, “El Caballo” Diambra fue uno de los personajes más queridos del ambiente rugbístico
tucumano. Sobre él escribió Cacho Valdez: “El caballo era mi ídolo…por ello me place referirme a la desgastada
ética, lustrosa y válida en los impecables procedimientos de cada uno de los actos de su vida . Diría que
sus cosas fueron sinónimo incontrastable de su concepto. Irreprochable en pensamiento, acción y sentimiento. Duro hasta
el desprecio con aquel alejado de los principios sustentados por ella . Franco, de franqueza que hacía doler”. Al
referirse a Ricardo Martínes Pastur, Valdez escribió: “Donde quiera que lo encontraba trataba de acercarme para estar
a su lado, muy próximo, intentando quizás contagiarme del héroe de la palabra fácil, espontánea, graciosa, muchas veces cómica
y muchas otras de enorme profundidad; destrozando siempre la solemnidad, excepto cuando indisimuladas lágrimas escapaban
de sus ojos, frente a un suceso que lo conmovía.” “Cuando la muerte lo pudo, grité para mis adentros: ¡ se
acabó la alegría de la familia, de la vieja familia del rugby tucumano. Se cortó el vuelo fabuloso del más grande Cardenal...” Cardenales
obtuvo su primer título de campeón a diez años de fundación, en 1954. Repitió el halago exactamente diez años después en 1964,
para repetirse en el 2002. Un paso institucional de relieve da el club en 1967 cuando se adquieren los terrenos en la Avenida
Silvano Bores, dando paso a un crecimiento sostenido. Grandes presidentes forjaron la institución, recordándose por ejemplo
al Dr. Julio César Romano Norry, en la década de los setenta. También Auad, Hugo Japaze, entre otros. Entre los recordados
jugadores de los comienzos están: Arturo Peyró, Valentín Rodríguez, los hermanos López Aragón, el Chueco Cesar Ponce, el Gringo
José Pedro Nucci, Dardo Hugo Ganem, Tatoó Bellomio, Julio Alvarez Suriani, entre varios de una pléyade de muy buenos jugadores. En
los ochenta jugaron destacadamente: Perico Merlo, Floreal García, Leandro Toll, Nene Poujade, Oscar Honorato Los últimos
años Cardenales se nutrió de excelentes jugadores como: Agustín Vallejo, Juan Pablo y Mariano Rodríguez, Diego Vidal,
Juan Pablo Lagarrigue, Mariano y Nicolás Odstrcil, para nombrar a los más destacados.
Volviendo en la historia: 7 de
Abril de 1958 se inauguró la cancha de Tucumán Rugby en Yerba Buena. Esa tarde llovió torrencialmente, pero nada opacó el
espíritu que contagiaba a aquellos amigos. En esa ocasión, Jorge “Colorado” Toll, plantó el roble que aún hoy
se yergue majestuoso junto a la pileta del referido club. Con él, los cardenales plantaban también una amistad con los verdinegros
que se renueva generación tras otra.
autor: José María Posse
Fuente: www.tucumanrugby.org.ar - Revista Yerba Buena
|